Nuestro «secreto» es una meticulosa selección y utilización como materia prima de los mejores productos tradicionales y de la más alta calidad.
Nuestro Gran Cocido Madrileño Completo está compuesto de los siguientes ingredientes:
Empezamos con Amabilidad. Nos consideramos anfitriones, hemos tenido la suerte de que hayas decidido visitarnos y nuestro deseo es que te sientas bien atendido, dentro de un ambiente familiar y distendido.
Te ofrecemos para empezar unas aceitunas de Campo Real. La aceituna más sabrosa de Madrid.
Transcurridos unos minutos damos paso a los diferentes vuelcos:
Primer vuelco. Sopera de Fideos acompañada de guindillas y cebolleta. Dejando en todas las ocasiones la sopera en el centro de la mesa para que cada comensal pueda repetir de sopa todo lo que desee, ya que, la misma siempre está muy desgrasada para evitar sensación de saciedad.
Segundo vuelco. Nuestra famosa bandeja la cual lleva desde 1942 haciendo las delicias de los amantes del buen comer. En ella encontrará el Cocido Madrileño mejor presentado y el más completo (Un total de 15 ingredientes la componen):
- Garbanzos Castellanos selectos y Verduras Frescas (Patata gallega, Repollo, Pimiento Rojo y Zanahoria)
- Morcilla artesana de cebolla Asturiana y un Chorizo casero Asturiano ahumado «para repetir»
- Tocino Ibérico blanco, Panceta Ibérica entreverada fresca , Costillar de Cerdo de raza Duroc y Codillo de Jamón punta
- Morcillo especial de añojo y Gallina campera
- Huesos de Caña con su tuétano
- Pelota madrileña “Gran Tasca”
Todo ello aderezado al gusto de cada comensal o por un Aceite de oliva virgen o por una salsa de tomate natural con cominos y acompañado de Pan rústico recién horneado.
Nos encontramos delante de uno de los guisos españoles más completos a nivel nutricional y más laboriosos en cuanto a tiempos de elaboración y preparación.
Hay cosas que no se olvidan, como el olor del cocido madrileño en casa de tus padres o abuelos. Ese festín que reunía a todos, porque un buen cocido tiene ese poder: unir a la familia, a los amigos, a los compañeros de trabajo, y convertir cualquier comida en un momento de alegría compartida. Es una tradición madrileña que merece ser preservada.